Los autores
En torno a 1880 se forma en Madrid el primer cenáculo bohemio, una «gente nueva» entre la que se contaban Ernesto Bark, Alejandro Sawa o Joaquín Dicenta, enfrentados todos, en su vida y en su obra, a la ortodoxia burguesa. En 1864 Pérez de Escrich había publicado la novela El frac azul, texto fundacional de la literatura bohemia española. Pero la poesía, el cuento, la novela corta y, sobre todo, el artículo periodístico son los moldes literarios del momento, y los bohemios, mal que bien, se ganan la vida con sus colaboraciones en las publicaciones periódicas de la época. El Cuento Semanal y La Novela Ilustrada divulgan su literatura y dan cuenta también del gran florecimiento del arte de la ilustración y el humor gráfico.
Siempre contra el fondo del inconformismo, en los primeros años la bohemia está imbuida de un ideal romántico y soñador que irá evolucionando hacia las formas decadentistas de finales de siglo, para acusar finalmente la influencia de la vanguardia, con Mauricio Bacarisse y Emilio Carrere, «el último gran bohemio». Hacia 1930, las luces de la bohemia se van apagando en medio del clima que prepara la Guerra Civil: los que no han muerto ya de miseria morirán ahora, como Pedro Luis de Gálvez, por las atrocidades de la guerra, en un manicomio como Armando Buscarini o en el triste exilio al que se vieron forzados tantos escritores del bando de los vencidos.