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Charlotte Temple llega por primera vez a España doscientos años después de su publicación en 1791. Uno de los mayores best sellers de la historia cultural norteamericana, con más de un millón y medio de lectores, sigue siendo hoy una referencia clave para entender aquella época, de la que vienen estos lodos… Ningún lector, por lo demás, podrá sustraerse al hechizo de la desgracia, que se retuerce aquí sobre sí misma atrapando a los personajes en una trama entre el folletín y la pesadilla.
Charlotte, hija única del matrimonio Temple, es una adolescente ingenua que cursa estudios en un internado para señoritas en Inglaterra. Con la mala influencia de su tutora y seducida por las promesas de amor de un militar que está de paso por su ciudad, desobedece a sus padres y huye con él a Norteamérica. Allí vivirá la tragedia del abandono y la soledad más terca.
Próxima al sentimiento trágico de las novelas de Charles Dickens, esta novela quiso mostrar en su día a «las jóvenes del bello sexo» los resultados de un comportamiento disoluto, situando a sus personajes en un universo en el que existen el bien y el mal absolutos, la hipocresía, el capricho, la lujuria y el desamor. ¿Cuáles serán hoy las estrategias de nuestros lectores, de nuestras lectoras, para comprender la historia de aquellas mujeres?