Archivo del Autor: Los artistas del hambre

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La imagen de la cabecera ilustra El callejón del gato uno de los escenarios bohemios matritenses por excelencia desde que se convirtiera en itinerario de Max Estrella y don Latino en la genial obra de Valle Luces de bohemia. La hemos tomado del blog: http://madridafondo.blogspot.com, y pertenece al fotógrafo Carlos Viñas.

Lo demás es cosecha nuestra.

Aglutinar la bohemia literaria española en una sola etapa resulta del todo imposible. El intervalo temporal va de 1860 a 1930, de un ideal romántico y soñador hacia unos ideales estéticos y socialmente comprometidos. Al rededor de 1880 se forma en Madrid el cenáculo bohemio más sólido de donde saldrían escritores (narradores y poetas) de importancia; es el grupo que recibió el nombre de gente nueva (por el libro de Luis París) o germinalistas (porque escribían artículos en el periódico Germinal). En este círculo reúnen sus fuerzas periodísticas y Retrato de Alejandro Sawaliterarias, entre otros, Ernesto Bark, Alejandro Sawa y Joaquín Dicenta, quienes coinciden políticamente en unos ideales comprometidos por la igualdad social, y por el anticlericalismo, y estéticamente defienden una literatura alejada de la ortodoxa y burguesa. El sueño de la bohemia, en realidad, nunca desaparece y es siempre compartido desde la primera época, es frecuente y de carácter biográfico el tema del escritor provinciano que ansía la gloria literaria en la capital. El estilo literario del escritor bohemio va unido de forma inherente a las corrientes realistas y modernistas, si bien, en la última etapa se notan los influjos de las vanguardias, sobre todo de la corriente ultraísta.

Esta antología de artículos y cuentos da muestra de la mirada crítica, salpicada de ironía y sarcasmo, con que una serie de escritores españoles de fin de siglo supo dibujar el panorama social, político y económico de su tiempo. Con unas prosas que recorren el final del romanticismo y los albores de la vanguardia, entre la carcajada y la mueca de horror, estos inconformistas recalcitrantes centran sus historias en la ciudad de Madrid, adentrando al lector en sus ambientes nocturnos y marginales. Entre pues el lector al mundo romántico de los cafés, las brumas de las tertulias literarias y la vida precaria de los bohemios de fin de siglo…

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          Armando Buscarini es una de las figuras más tristes de la bohemia madrileña, una de tantas en realidad. Desde muy joven, pequeño incluso, deambula por Madrid en busca de una oportunidad e intenta vivir la vida de sus compañeros ya curtidos en el arte de los cafés, las tertulias y la supervivencia. Como una pequeña mascota, a veces lo llevan con ellos, a veces lo vapulean… El pobre Armando acabará mal, incluido intento de suicidio en el viaducto. En El arte de pasar hambre lo cuenta, lo que no se cuenta en este relato es que morirá en un psiquiátrico enfermo de esquizofrenia y sífilis.  Aún así, él quiso «aventurarse a ese riesgo», aquí va su defensa…

ORGULLO:

«Aunque sufra del mundo los desdenes
de mi vida de artista en la carrera;
aunque pasen altivos a mi paso
los hombres de alma ruin que nunca sueñan;
aunque salgan aullando a mi camino
los famélicos lobos que me acechan
con la envidia voraz; aunque en mi lucha
hambre y frío sin límites padezca;
aunque el mundo me insulte y me desprecie
y por loco quizás también me crean;
aunque rujan tras mí ensordecedoras
tempestades de envidia; aunque me vea
harapiento y descalzo por las calles,
inspirando piedad e indiferencia;
y, en fin, aunque implacables me atormenten
las más grandes torturas, aunque vea
que a mi paso se apartan las mujeres
por ver con repugnancia mi pobreza
(pero quizás ignorando de mi alma
el tesoro de ensueño que se alberga),
nada me importará, porque yo siempre,
caminando sereno por la tierra,
con el alma latiendo por la gloria
y flotante a los vientos mi melena,
iré diciendo al mundo con voz fuerte,
¡con voz en la que vibre mi alma entera!:
-Es verdad que yo sufro; pero oídme:
¿qué me importa sufrir si soy poeta?»

Armando Buscarini

En los textos de los bohemios se percibe un contraste entre el amor delicado y un intenso erotismo.  Aunque también se trata el tema del amor imposible, platónico, donde la mujer se convierte en un ser etéreo inalcanzable, cabe destacar la aparición  de una mujer  sensual no retratada comúnmente en la época. En las páginas de Los artistas del hambre también encontramos descripciones sensuales exquisitas como la que incluimos a continuación, perteneciente  a Los terribles amores de Agliberto y Celedonia (1931) de Mauricio Bacarisse:

—¿No me dejas entrar en mi cuarto?

—Ahora no, porque voy a desnudarme.

—Y qué puede importarte, si yo no lo voy a ver.

—Sí, pero lo puedes oír. Los flecos de mis vestidos chascarán como trallas. Mis zapatos darán dos aldabonazos al caer. Mi faja, mis medias sisean al escurrirse. Mi camisa vuela con un zumbido de mosquito. Cuando suene un silencio estaré desnuda. Con solo pensar que puedes oírlo, me enciendo de vergüenza.

La bohemia tiene un imaginario visual muy rico; desde las ilustraciones de El Cuento Semanal hasta los pintores europeos de principcios del siglo xx. Inspirándonos en el material de la época, hemos encargado a una ilustradora (que por el momento permanecerá en el anonimato) las imágenes de las portadillas del libro.

Su investigación coincide con la muestra «El Efecto Iceberg: Dibujo e Ilustraciones españoles entre dos fines de siglo», en el Museo ABC de Madrid, de la que han surgido las siguientes imágenes:

 

 

 

José Galiay

Portada

Blanco y Negro, npum. 371, 12 de abril de 1902. Acuarela y tinta sobre cartulina

 

 

Guiseppe Eugenio Chiorino

Crepusculo

Blanco y Negro, 1898. Tinta sobre cartulina

 

Narciso Méndez Bringa

Un atropello

Blanco y Negro, núm. 931, 6 de marzo de 1909. Gouache sobre papel

 

Roberto Montenegro

En día de frio

Blanco y Negro núm. 1397, 24 de febrero de 1918. Gouache sobre cartulina

 

Maximo Remos

El gordo de navidad

ABC, 1931. Tinta sobre papel

 

Sus otras fuentes de inspiracion incluyen estas representaciones de El Cuento Semanal y artistas como Juan Gris, Pablo Picasso, George Braque.

 

Os dejamos con este primer boceto, esperando todavía más ideas de esta bohemia ilustrada.

 

 

El gran Pío Baroja profesaba un profundo odio a la Bohemia. Fue tal este que lo plasmó por escrito en su obra Adiós a la bohemia, drama corto que cuenta el reencuentro entre un  pintor fracasado y una antigua novia suya que se hace prostituta.  En prensa también publicó sus críticas al movimiento. El  artículo «Bohemia madrileña» hace patente su claro desprecio al personaje del bohemio.  A continuación encontraráis un extracto:

Muchas veces a mí  me han  dicho:  «Usted  ha  sido un  bohemio, ¿verdad?»  Yo  siempre he contestado que no. Podrá uno haber vivido una vida más o menos desarreglada, en una época, pero yo no he sido jamás el espíritu de la bohemia. Además, no he visto por Madrid Rodolfos, ni Colines, Mimís ni  Musetas.  […]El bohemio no es práctico. Proyecta, proyecta mucho, pero no pasa de ahí. [. . .] El bohemio no solo es vanidoso, sino que es ególatra, siente admiración por sí  mismo. Si se ve humilde, desdeñado y solo, va casi siempre gozando con su desgracia interior; si está enfermo o triste, llega también  a gozar. Hay  esos placeres paradójicos y  malsanos  en  los fondos  turbios  de la  personalidad humana.

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En las tripas de Los artistas del hambre no podía faltar este genial bohemio inmortalizado por Valle Inclán en el personaje de Max Estrella en Luces de Bohemia. En este ilustrativo documental podéis ver las turbulencias de la vida de Alejandro Sawa y de su universo bohemio…

Los prólogos escritos en la bohemia eran dinamita verbal. Muchos de ellos se podían considerar grandes obras literarias de breve extensión. El prologuista bohemio no tenía ningún tipo de atadura a la hora de opinar sobre el autor y su obra. Por ello, podía elevar al autor y su obra hasta las más altas cumbres, o criticarlo sin compasión, pudiendo llevar al pobre escritor bohemio a hundirse en un vaso de mal vino.

Editando un libro por y para la bohemia, imaginaréis la presión por encontrar un autor a la altura del proyecto. Hemos tenido grandes candidatos, novelistas modernos que no dejan de profesar amor a esta gran época. De entre ellos, uno ha sobresalido. No podemos adelantaros su nombre porque estamos pendientes de su confirmación. Pero sí tenemos que deciros que no podíamos encontrar figura más adecuada y que será un honor tener a este gran autor como prologuista de Los artistas del hambre.

«La Lima en Sevilla, es una maravilla»

Eso, ¿y cómo comenzó el proceso de creación de Los artistas del hambre?

Esto era un grupo de estudiantes del Máster de Edición de la UAM que decidió que uno de los trabajos más interesantes que podrían realizar sería traer de nuevo a aquellos bohemios que tanta lata dieron en el cambio del siglo XIX al XX.

Comenzamos leyendo a dos estudiosos de la materia: Phillip Allen y Javier Barreiro. Nos encontramos con los nombres de algunos autores conocidos (Enrique Gomez Carrillo, Alejandro Sawa, Dorio de Gádex…) y otros no tan conocidos (Pedro Luis de Gálvez, Armando Buscarini, Mauricio Bacarisse… ). Eso sí, todos con una vida emocionante y movidita, por decir lo menos. Y en seguida dimos con la clave de nuestro libro: narraciones bohemias, muy peculiares y exquisitas; y artículos de los propios bohemios en defensa de su vida bohemia.

Y entonces vino lo bueno: lecturas en la Biblioteca Nacional, libros antiguos y, por vez primera, ¡manejo del extraño microfilm! Eso sin contar a los pobres compañeros que no tenían su original microfilmado y se pasaron horas copiando a estos queridísimos bohemios y sus extrañas experiencias por los bares y calles de Madrid.

Con todos nuestros textos bajo el brazo comenzó la labor de pulido y abrillantado, o sea, preedición y corrección… todo con la ilusión de ver algún día colocaditos y divinos todos nuestros textos en nuestra querida antología…

Os damos la bienvenida al blog del libro Los artistas del hambre (Narraciones de la bohemia madrileña). En él os iremos informando de los entresijos que van surgiendo en las labores editoriales.

Y como la vida efímera va ligada a todo bohemio, este blog no podía ser eterno. Hay una cuenta atrás que acabará borrando esta página el día de la presentación de Los artistas del hambre en la Feria del libro de Madrid. Eso será el 4 de junio. ¡Allí os esperamos!