Los periódicos deberían ser espejo del mundo, ya lo sé, pero a veces la luna más clara se enturbia o los modelos se empeñan en tomar actitudes difíciles.
El buque El Planeta leva anclas sin saber que un motín y un romance imposible le impedirán llegar a su destino. Las noticias sobre el suceso tergiversan y oscurecen lo ocurrido en altamar, creando un misterio que intentará esclarecerse en un juicio en el que el culpable ha sido elegido desde el principio. Motivaciones ocultas e intereses individuales conducen a los personajes a una lucha por hacerse con el poder de la narrativa.
Con prosa delicada y humor culto, Hernández Catá escribe una novela cubista de intriga. El lector se sumerge así en una historia fragmentada a la caza de una verdad escurridiza, mientras, indiferente, El Planeta zarpa una y otra vez hacia un viaje sin fin.
«Alguien con semejante mirada, semejante memoria, una sensibilidad tan extraordinaria y un corazón tan cálido estaba predestinado a ser artista desde el principio». Stefan Zweig