Carmen de Burgos, casada con nadie
Begoña Huertas
Un Me Too de hace cien años
Todas las mujeres que protagonizan las páginas de La confidente han crecido, como se lamenta una de ellas, escuchando la misma cantinela:
—Madre mía, ¿qué es casarse?
—Hija mía, casarse es hilar, parir y llorar.
Una perspectiva desoladora, desde luego, como para no querer crecer nunca. Pero si malo era entonces crecer, también era malo no hacerlo. Bien entrado el siglo xx todavía se consideraba a la mujer como un adulto incompleto o algo en un estadio evolutivo entre el niño y el hombre, sin voto y sin apenas voz. Lo que hace Carmen de Burgos no es otra cosa que poner un megáfono delante de estos seres a los que la sociedad considera «espiritualmente torcidos y deformados». En este volumen —que puede leerse como una novela o como un conjunto de microrrelatos independientes—, una tras otra, diversas mujeres toman la palabra, rompen su si- lencio resignado para denunciar maltratos físicos y psicológicos, engaños, violaciones y el sometimien- to al que las obliga la tiranía de un sistema patriar- cal y reaccionario, en una sucesión de testimonios que a día de hoy cabe interpretar como una especie de Me Too de principios del siglo xx.