Susanna Rowson (Portsmouth 1762 – Boston 1824).
Huérfana de madre, pasa sus primeros años al cuidado de unos familiares en Portsmouth, mientras su padre es destinado en Boston. En su traslado a Norteamérica sobrevive a un naufragio, experiencia que jamás olvidaría. Su madrastra procedía de una familia puritana e imprimió en Susanna estos valores, que se reflejan en sus obras. A los dieciséis años, durante la Guerra de la Independencia, ella y su familia son encarcelados por el ejército americano. Cuando regresa a Londres y debido a la precaria economía de su familia se ve obligada a trabajar desde muy joven como institutriz. En este periodo conoce a la Duquesa de Devonshire, novelista y una de las mujeres más cultas de la época, que contribuyó al enriquecimiento de su intelecto. Contrajo matrimonio con William Rowson y, además de a la escritura, se dedica a la actuación teatral, que la lleva a viajar nuevamente a Norteamérica, donde funda y dirige un internado para señoritas de clase alta. Debido al alcoholismo y a la conducta indecorosa de su marido, Susanna se ocupa de la educación de un hijo ilegítimo y mantiene una buena reputación como educadora. Sus restos descansan en el cementerio de Boston, donde se ha levantado un monumento en su honor.
Entre sus obras destacan El inquisidor (1788), Rebeca (1792), Ensayos del corazón humano (1795), La hija de Charlotte Temple (publicada póstumamente en 1828, también conocida como Lucy Temple), El estandarte de la libertad (1795) y Diálogos entre un padre y su familia (1822).