Perros de pelea
Hay una palabra que gravita en mi cabeza desde que la encontré, medio apichonada entre otras más dignas. ‘Perdedor’, ‘perdedor previsto en una lucha’, ‘víctima de injusticia o persecución’, ‘persona débil’. El underdog, según su etimología decimonónica, es el perdedor en una pelea de perros. Under. Dog. ¿El animal que no clasifica ni para perro? ¿El que queda aplastado por el topdog?
Underdog permite el anagrama grounded, un adjetivo que puede tener dos significados: ‘estar castigado’ o ‘tener una visión realista e inteligente de la vida’.
Quizás la palabra me hincó los dientes porque le puso nombre a un concepto que, desde antes de que yo pudiera formularlo, ya definía mi realidad y mi lugar en el mundo. Entrar al mundo por la puerta de atrás es cosa de underdogs. Y los underdogs, de alguna forma, se buscan, se reconocen, se miden.